Ph: Lorna Remmele




Wedkel es un proyecto en proceso que investiga las relaciones históricas y materiales con el placer y el deseo dentro de ciertas prácticas sexo afectivas dentro del Pueblo Mapuche. Tomando las descripciones hechas por Tomás Guevara y sus ilustraciones, esta obra indaga en la forma de realizar reproducciones de 3 piezas más una creación nueva mediante la experimentación con el crin de caballo, material usado además en la conocida y tradicional artesanía en crin, desarrollada principalmente en la localidad de Rari, Región del Maule por mujeres que han preservado estos saberes. A través de esta técnica que me fue enseñada por la artesana en crin Hilda Díaz, logré tener un primer acercamiento al tratamiento del material y su manipulación.
En el libro Psicolojía del Pueblo Araucano (1908) escrito por el historiador y antropólogo chileno Tomás Guevara, existe un apartado referido a la descripción escrita y gráfica de unos elementos que al parecer llaman mucho su atención. Estaban hechos de crines de caballo, tejidos de manera muy delicada y estaban vinculados al ámbito sexual y afectivo:
Tenían para este objeto un instrumento llamado huesquel (bosal) compuesto de uno, dos o tres cordones de crin de seis centímetros de largo, que estaban atravesados en los estremos por hilos de lana destinados a servir de amarra. Otros tenían la forma de un dedal tejido a manera de red.[1]
Estas prótesis que pesquisa Guevara están hechas para ser colocadas en el pene. Sin embargo en el texto se señala que están destinadas a otorgar placer a las mujeres ya que eran “hechas por mujeres para mujeres”. La conexión que existe entre los conocimientos propios del cuerpo de las mujeres mapuche y sus zonas de goce se compartía a través de los saberes entorno al tejido en crin. Una manera de preservar y estimular memorias corporales y activarlas para la satisfacción sexual. La confección diminuta y delicada de estos objetos pone en evidencia el fuerte vínculo entre las prácticas textiles y los saberes corporales de las mujeres.
Wedkel pone en evidencia que las prácticas ancestrales no están estáticas en un supuesto pasado, sino más activas que nunca. Hoy en día existe un mercado inmenso entorno a los juguetes sexuales que incluyen tecnologías de todo tipo, materialidades, funciones, etc. Pareciera que estos productos responden a necesidades contemporáneas, pero que sin embargo tienen un origen histórico en donde el cuerpo y el placer siempre han sido temas elementales dentro de distintas culturas y sociedades a lo largo del tiempo. La borradura colonial y la cristianización de nuestros territorios prohibió el libre desarrollo cultural de los pueblos originarios en Abya Yala y el Pueblo Mapuche no es la excepción. El ámbito sexual y su relacionamiento tradicional se señaló como pecado y como consecuencia esta y muchas otras prácticas ancestrales fueron desactivadas.
En este camino de experimentación surge la pregunta por el tipo de uso de estas prótesis, hechas para dar placer a las mujeres pero usadas por hombres ¿es posible proponer una versión desde este tiempo que proporcione una experiencia de placer sin necesidad de otro cuerpo? Teniendo como referencia aquella misma premisa “hecho por mujeres para mujeres” es que de este proyecto surge un prototipo de prótesis hecha para explorar el autoplacer. Un nuevo modelo usando las técnicas ancestrales relacionados al tejido del crin.
En esta obra, el territorio del deseo es también un espacio de resistencia y en recuperación, en donde la exploración corporal desde el goce sexual se expande desde las prácticas ancestrales hasta hoy, tomando nuevas formas pero conservando las memorias y saberes antiguos desarrollados en tiempos otros, tecnologías diseñadas para proporcionar placer en una verdadera intimidad colectiva y atemporal.
[1] Se ha conservado la ortografía original del texto.